La Cámara alta aprueba fijar el final de la jornada a las seis de la tarde, horario que incumple en el mismo pleno donde se debate la moción
J. LUIS ÁLVAREZ | MADRID.
Predicar con el ejemplo. Eso es lo que ayer no hicieron los 248 senadores que asistieron al pleno de la Cámara alta que aprobó una moción, en la que se insta la Gobierno a impulsar la racionalidad de los horarios, con una jornada laboral que acabe a las 18:00 horas. Y es que sólo en el debate de esa propuesta sus señorías se pasaron en siete minutos y aún les quedaba todo el orden del día por desarrollar, mientras la tarde caía sobre el Palacio del Senado, en la plaza de la Marina Española.
El asunto no es nuevo ya que fue objeto de estudio de una subcomisión en el Congreso de los Diputados durante la pasada legislatura. Y aunque también fue puesto de relieve, el Ejecutivo no tomó ninguna resolución efectiva al respecto. Ayer, la senadora del Grupo Popular María del Mar Angulo defendió una moción que buscaba «racionalizar los horarios laborales, para avanzar en la conciliación de la vida laboral y familiar». En su defensa, la senadora popular no guardó ataques al Grupo Socialista por la política laboral de sus gobiernos, lo que la representante del PSOE Matilde Valentín calificó de «tono bronquista» y criticó a su oponente por no haber optado por otro «tono conciliador para buscar apoyos y acuerdos».
La senadora Angulo recordó que España es el tercer país de la Unión Europea con la jornada laboral más larga, lo que supone «estar más tiempo en el sitio de trabajo» y tener «menos tiempo para el sueño, para la formación, para la familia y para el ocio». Según apuntó la senadora del PP, a ello se añade un uso horario que da a los españoles «menos tiempo para descansar que el recomendado por la Organización Mundial de la Salud». Un asunto que viene de largo, dado que España tiene sus relojes sincronizados con la Europa central desde 1940, cuando el general Franco quiso tener la misma hora que el Berlín de Hitler.
Reclama volver al uso horario que le corresponde a España, en lugar de vivir con una hora de adelanto
Por ello, Angulo explicó que la moción propone al Ejecutivo retrasar una hora los relojes, para regresar al uso horario que corresponde a España por su situación geográfica. Este es el mismo del que disfrutan en Portugal o el Reino Unido. La moción defendida por el Grupo Popular, mayoritario en la Cámara, también propone otorgar un certificado de calidad a las empresas con horarios racionales que establezcan flexibilidad en las jornadas laborales.
Aquí entrarían los llamados 'bancos de horas' de las empresas, para que los empleados puedan disponer de tiempo para atender asuntos de conciliación tales como llevar a los hijos la médico, acudir a una cita con los profesores en el colegio o acompañar a la pareja a realizar una gestión, entre otros asuntos. La propuesta de los populares concluye con una aplicación en diez días a los permisos de paternidad para personas con discapacidad o familias numerosas.
Mejor ambiente
La senadora Angulo incidió en que lo que se trata con la medida es de «tener más tiempo, porque el tiempo se valora cada vez más a la hora de elegir un trabajo, por detrás del salario y por delante de la estabilidad laboral». Así recordó que hay estudios que destacan que con un «buen horario laboral» se mejora la producción, se reducen los niveles de fatiga mental y de estrés y baja la siniestralidad y el absentismo.
Todos los partidos de la oposición coincidieron en calificar la propuesta del Grupo Popular como «fuera de lugar». Pese a ello, los portavoces recordaron a la bancada popular que era el momento de haber buscado el consenso. Así, el senador de Ciudadanos Tomás Marcos dijo que «si querían consenso podrían haberlo conseguido con esta moción. Creo que ningún grupo estaría en contra de ella». Más dura en su crítica fue la socialista Matilde Valentín que el afirmó que Partido Popular «utiliza la moción para lavar la cara a la nefasta gestión de un Gobierno que no ha estado a la altura de los ciudadanos».
Estas críticas no impidieron a los conservadores rechazar con su mayoría todas las enmiendas presentadas y aprobar la moción por 140 votos a favor, diez en contra y 98 abstenciones. En ese momento, el reloj del hemiciclo marcaba las 18:07 horas, pero aún quedaba todavía mucho trabajo a sus señorías antes de dar por terminada su jornada.