Estrategia de Igualdad de Género 2014-2017

Estrategia de Igualdad de Género 2014-2017

Adoptada en noviembre de 2013, esta estrategia se basa en la gran acervo jurídico y político del Consejo de Europa en materia de igualdad de género.

El objetivo general de la Estrategia es lograr el adelanto y el empoderamiento de las mujeres y por lo tanto la realización efectiva de la igualdad de género en los Estados miembros del Consejo de Europa mediante el apoyo a la aplicación de las normas existentes. Esto se logrará a través de la realización de los cinco objetivos estratégicos que también van a integrar la cuestión de la discriminación múltiple, teniendo en cuenta los derechos y necesidades de las mujeres y los hombres concretos a lo largo del ciclo de vida.

Promover equidad de género y empoderar a la mujer para 2030

Promover equidad de género y empoderar a la mujer para 2030

¿Cómo el empoderamiento de la mujer puede promover la estabilidad económica?

Poner recursos en las manos de las mujeres pobres mientras se promueve la igualdad de género en el hogar y en la sociedad arroja grandes beneficios para el desarrollo. Ampliar las oportunidades de la mujer en obras públicas, agricultura, financiamiento y otros sectores acelera el crecimiento económico a la vez que ayuda a mitigar los efectos de las crisis financieras actuales y futuras.

Grupo del Banco Mundial: Igualdad de género es clave para alcanzar los ODM 

Empoderar a las mujeres y niñas no solo es lo correcto, sino que además es una medida acertada desde el punto de vista económico y esencial para poner fin a la pobreza y promover la prosperidad compartida, los dos objetivos institucionales del Grupo del Banco Mundial. Por ejemplo, un año adicional de escolaridad secundaria en las niñas puede aumentar su salario en 10 % a 20 % en el futuro. Y las pruebas muestran que en los hogares en los cuales las mujeres están encargadas de los recursos,  se gasta más en áreas que son beneficiosas para los niños. Sin embargo, a pesar de una variedad de importantes progresos, demasiadas mujeres aún no tienen libertades básicas y oportunidades y enfrentan enormes desigualdades en el mundo del trabajo. Leyes y costumbres discriminatorias limitan su tiempo y opciones así como su habilidad de ser dueñas o heredar propiedades, abrir cuentas bancarias o tener acceso a crédito o fertilizantes, elementos que podrían aumentar su productividad. El Grupo del Banco Mundial ha realizado sólidos compromisos relacionados con la cuestión de género, destacando en particular la necesidad de contar con mejores datos. Además, ha integrado este tema en su labor: todas las estrategias de los países, que integran el Grupo del Banco Mundial, elaboradas en el ejercicio de 2014 se basaron en evaluaciones sobre el género, mientras que el 95 %  de las operaciones de financiamiento aprobadas incorporaron esta materia en al menos una dimensión —análisis, medidas, y/o seguimiento y evaluación. La igualdad de género también es una prioridad fundamental para la Asociación Internacional de Fomento (AIF), el fondo del Banco Mundial para los más pobres, lo cual permitió que más de 194 millones de embarazadas recibieran atención prenatal de un proveedor de salud entre 2003 y 2013, entre otros resultados.

Podemos lograr la igualdad de género mediante:

  • La educación de las niñas.
  • El aumento de las tasas de alfabetización entre las mujeres.
  • El incremento de las intervenciones de desarrollo en la primera infancia.
  • La ampliación de la participación de las mujeres en la fuerza de trabajo y el fortalecimiento de las políticas laborales que las afectan.
  • El mejoramiento del acceso de las mujeres al crédito, la tierra y otros recursos. 
  • La promoción de la participación y los derechos políticos de las mujeres.
  • La expansión de los programas de salud reproductiva y las políticas de apoyo a la familia.

Empoderar a la mujer es fundamental para el desarrollo sostenible

Esta es una columna de Mary Robinson, quien fue presidenta de Irlanda (1990-1997) y Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (1997-2002). Actualmente preside la Fundación Mary Robinson-Justicia Climática.

Por Mary Robinson

Actualmente Mary Robinson, presidenta de la Fundación Mary Robinson-Justicia Climática. Crédito: Cortesía de la autora

DUBLÍN, 8 mar 2016 (IPS) - “Planeta 50-50 en 2030: Demos el paso por la igualdad de género”. El tema del Día Internacional de la Mujer de este año sirve como un recordatorio oportuno de que, a pesar del progreso de los últimos años y la ambición de la nueva mundial agenda de desarrollo, debemos redoblar los esfuerzos para lograr un mundo sustentado en la igualdad de género. 

Todas las mujeres deben estar empoderadas para ejercer sus derechos plenos e iguales. ¿Pero qué significa en realidad dar un paso por la igualdad de género?

Para mí, esto requiere estrategias específicas destinadas a garantizar que todas las mujeres tengan voz en la formulación de las decisiones que afectan sus vidas. Esto es particularmente importante cuando se trata de facilitar la participación de las mujeres de base.

Para hacer realidad el enfoque “que nadie se quede atrás” que pide la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y el compromiso “para alcanzar primero a los más rezagados”, las mujeres de base deben ser reconocidas como actores clave en el desarrollo sostenible del planeta.

En todo el mundo, ellas poseen una riqueza de conocimiento que vamos a necesitar para gestionar los impactos del cambio climático y acelerar el desarrollo sostenible.

Sin embargo, con el fin de valorar adecuadamente este conocimiento y ponerlo en uso, se debe permitir que las mujeres participen de manera significativa en el diseño, la planificación y la ejecución de políticas y programas que incidan en sus vidas. Asegurar que se escuchen sus voces y que se actúe para cubrir sus necesidades son puntos fundamentales para el avance de la justicia climática.

Las consecuencias del cambio climático son diferentes para los hombres y para las mujeres.

Las mujeres de base son más propensas a soportar una mayor carga ante el cambio climático, particularmente en situaciones de pobreza. El cambio climático exacerba los patrones existentes de desigualdad, incluida la desigualdad de género.

Las mujeres de base tienen un acceso limitado a los recursos productivos, movilidad restringida y escasa voz en la toma de decisiones, lo que las deja muy vulnerables al cambio climático.

La política climática, para ser eficaz, debe comprender estas desigualdades subyacentes con el fin de hacer frente a las diferentes formas en que el clima afecta a las mujeres de base.

Permitir la participación significativa de las mujeres no es solo es lo correcto, sino que es lo más inteligente. Los programas concebidos para las comunidades vulnerables, sin comprometerse con las mujeres de la comunidad, rara vez alcanzan los resultados deseados.

Esta importante lección se refleja en el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 5 – Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas – que incluye la meta de “velar por la participación plena y efectiva de las mujeres y la igualdad de oportunidades de liderazgo a todos los niveles de la adopción de decisiones en la vida política, económica y pública”.

Esta necesidad es particularmente acuciante en el caso de las mujeres de base. Lamentablemente, la importancia de incluir a las mujeres en la toma de decisiones y la promoción del liderazgo femenino es menos conocida por el sector climático. Sin embargo, la mayoría de las personas que están en la primera línea de la pobreza y el cambio climático son mujeres.

Se hicieron algunos avances con la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático(CMNUCC). En 2012 las partes de la Convención adoptaron el llamado Milagro de Doha (Decisión 23/CP.18), para mejorar la participación de las mujeres en las negociaciones sobre el cambio climático.

En noviembre los Estados parte analizarán lo que se ha logrado en virtud de esta Decisión en la 22 Conferencia de las Partes (COP22). Pero cuando lo hagan verán que solo se lograron ligeros avances en términos de igualdad de representación en las negociaciones.

Por ejemplo, el último informe de composición de género de la CMNUCC destaca que solo 36 por ciento de los delegados eran mujeres en la COP20 celebrada en Lima en 2014, y la cifra se reduce a 26 por ciento cuando se consideran los jefes de las delegaciones.

En Lima las partes acordaron iniciar el Programa de Trabajo sobre Género, una exploración de dos años de duración sobre las dimensiones de género del cambio climático, mientras que el Acuerdo de París sobre el cambio climático (2015) reconoce la necesidad de la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres.

Todas estas son señales de progreso, pero queda mucho por hacer para que las voces de las mujeres se incluyan integralmente en la formación de la acción climática. Un paso clave es la inversión en la formación y el desarrollo de capacidades que permita la participación plena y efectiva de las mujeres de base.

Esto se capta en el ODS 13 – Adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos – que incluye una meta que insta a los Estados a promover mecanismos para aumentar la capacidad de planificación de los países menos adelantados y los pequeños Estados insulares en desarrollo para ayudar a las mujeres, los jóvenes y las comunidades locales y marginadas a tomar parte en la planificación y la gestión relacionadas con el cambio climático.

La puesta en práctica de esta meta será fundamental para lograr un enfoque armonizado y centrado en las personas tanto en la agenda del desarrollo sostenible como en el nuevo acuerdo sobre el clima.

En 2015 la comunidad mundial sentó las bases sobre las cuales podemos construir un mundo más seguro con oportunidades para todas y todos.

Al aprobar la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y el Acuerdo de París sobre el cambio climático los líderes mundiales exhibieron la intención de cambiar de rumbo y de dejar atrás los modelos tradicionales de desarrollo, desiguales e insostenibles, y de avanzar hacia un futuro sin pobreza ni necesidad, con abundante energía limpia y un ambiente sano.

En el año 2016 comenzamos a planificar e implementar estos dos procesos internacionales, ambiciosos y universales. Debemos asegurar que las voces de las mujeres y los derechos humanos informen nuestras acciones. Las mujeres de base no deben ser vistas simplemente como receptoras pasivas de la asistencia climática. Son protagonistas en la consecución de su derecho al desarrollo.

Mediante el reconocimiento de las mujeres de base como agentes de cambio en sus comunidades, la valoración de sus conocimientos y la construcción de su capacidad de adaptación, quienes toman las decisiones pueden desarrollar soluciones climáticas sostenibles a largo plazo a nivel local que fortalecerán a comunidades enteras.

A medida que “damos un paso por la igualdad de género”, exhorto a todas las personas en posiciones de influencia que les brinden a las mujeres de base las plataformas para que puedan hablar por sí mismas. Escuchar – y valorar – sus conocimientos y experiencia ayudará a formar un progreso hacia 2030 que sea bueno para las personas, el planeta y la igualdad de género.

Banco Mundial se muestra a favor de un crecimiento inclusivo de América Latina

Banco Mundial se muestra a favor de un crecimiento inclusivo de América Latina

(AP).- Los gobiernos latinoamericanos deben darle prioridad a la inclusión social en sus reformas estructurales o proyectos de infraestructura para contrarrestar el estancamiento de la desigualdad que generará la desaceleración económica que actualmente vive la región, advirtió hoy el Banco Mundial.

Al presentar un análisis sobre los logros alcanzados por ochos países en la reducción de la pobreza durante la última década que coincidió con un boom en los precios de las materias primas, la gerente sobre Pobreza en América Latina del Banco Mundial Louise Cord dijo que percibe en la región un interés importante en reformas estructurales inversiones en infraestructura.

Cord subrayó la importancia de que los sectores más pobres de la población puedan costear las tarifas de nuevos medios de transporte público o de las nuevas maneras de realizar transacciones comerciales debido a reformas regulatorias.

“Eso es importante. Pondrá a la región en una senda distinta. Pero al hacerlo será súper importante tomar en cuenta quién se beneficiará. Deben hacerse para que las personas de menos ingreso también puedan generar crecimiento y no ser solo receptores pasivos”, dijo en conferencia de prensa. “Lo que vemos es que el crecimiento trabaja mejor cuando es inclusivo”.

Si bien América Latina redujo a la mitad la pobreza extrema entre los años 2002 y 2011, más de 75 millones de personas aún subsisten con US$ 2.5 al día, la mitad de los cuales en Brasil y México.

Otra de las maneras de contrarrestar el estancamiento en la reducción de pobreza que se anticipa durante los próximos años debido a los cuatro años continuos de desaceleraciónque vive la región es comprender al detalle las causas de la deserción del mercado laboral entre los grupos más pobres.

El Banco Mundial dijo que el informe tiene como finalidad orientar a gobiernos y empresas sobre cuáles políticas resultaron efectivas y cuáles en la reducción de la pobreza.

“Las políticas y programas, para ser efectivos, no pueden diseñarse sin evidencia que los respalde”, escribieron en el documento Jorge Familiar, vicepresidente para América Latina y el Caribe y Ana Revenga, directora senior para la pobreza en el Banco Mundial.

Cuentas claras: Gobernabilidad para el crecimiento con equidad en América Latina y el Caribe

Cuentas claras: Gobernabilidad para el crecimiento con equidad en América Latina y el Caribe

Abril 28-29, 2016Montevideo, Uruguay

La conferencia "Cuentas Claras: Gobernabilidad para el crecimiento con equidad en América Latina y el Caribe" profundizó cómo las estructuras de gobernanza afectan el crecimiento y la equidad y su vinculación para alcanzar las metas de prosperidad compartida y reducción de la pobreza en América Latina y el Caribe. El evento tuvo lugar en Punta Cala, en la ciudad de Montevideo, Uruguay los días 28 y 29 de abril. 

La conferencia "Cuentas Claras" buscó concientizar sobre la importancia y posibles implicaciones de la agenda de gobernanza a nivel regional. En particular, en identificar los retos para construir instituciones más efectivas y qué rol debería jugar la rendición de cuentas y la capacidad de respuesta del gobierno para equilibrar las esferas del poder y establecer las bases para un cambio.

Se examinaron ejemplos de reformas en materia de gobernanza que hayan resultado efectivas en la región. También, se exploraron cómo:

  1. las herramientas de transparencia pueden ser usadas para mejorar la rendición de cuentas y la capacidad de respuesta ante las demandas ciudadanas, y
  2. las restricciones para implementar reformas pueden ser superadas a través de un liderazgo transformacional, la participación ciudadana y las intervenciones no tradicionales que permiten romper paradigmas.

El evento finalizó con una sesión en donde se debatió sobre el futuro de los retos de gobernanza que enfrenta la región.

Funcionarios públicos de alto nivel, expertos e investigadores y representantes de la sociedad civil y medios de comunicación paraticiparon de la conferencia e interactuarán en diálogos de estrategiapolítica y formación de alianzas para afrontar los retos descritos anteriormente. 

Participantes de distintas disciplinas tuvieron la oportunidad de explorar enfoques innovadores y mecanismos utilizados por los gobiernos y los ciudadanos, tanto a nivel local como global, para lograr un cambio positivo y sostenible. 

La duración de un día y medio se diseñó para fortalecer el entendimiento de los participantes de por qué y cómo los retos vinculados a la gobernanza y la rendición de cuentas tienen un alto impacto en la agenda de crecimiento económico inclusivo y en el bienestar de la ciudadanía.

CONTEXTO

La región está experimentando una desaceleración económica que amenaza con revertir el progreso económico alcanzado en la década pasada. Mantener estos avances requerirá un enfoque centrado en la gobernanza. La forma en que las instituciones están formadas, legitimadas y equipadas para alcanzar las metas de desarrollo es un determinante fundamental del progreso social y económico.

Alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para eliminar la pobreza, proteger al planeta y asegurar la prosperidad en los próximos 15 años, exigirá que los gobiernos de la región y sus ciudadanos se comprometan a mantener sociedades pacíficas e inclusivas que permitan el desarrollo sostenible, la provisión de justicia para todos e instituciones que rindan cuentas en todos los niveles de gobierno.

La rendición de cuentas y la capacidad de respuesta ante las demandas ciudadanas son pilares centrales que resaltan la efectividad de las instituciones públicas y su habilidad para alcanzar los resultados deseados.

Recientes casos de corrupción en la región han demostrado repercusiones negativas cuando se carece de dichos pilares. Negar su importancia puede incluso llevar a inestabilidad política, un desempeño macro-económico débil y desalentar las inversiones. Todo esto conlleva un impacto en el bienestar de los ciudadanos.